Bitácora y traducción

El día a día

Antes de venir a hacer este Workaway tuve una conversación parecida un par de veces:

  • ¿Y qué vas a hacer allá en España?
  • Pues el primer mes voy a trabajar en el campo cuidando burros y perros
  • ¿Cómo exactamente/tendrás tiempo para ir a la ciudad/habrá otra gente?
  • La verdad es que no sé…

Ahora han pasado algunos días en el Workaway y puedo responder a las preguntas.

De momento me estoy relajando en la cabaña pequeña y mal aislada que puedo usar, lo que me lleva al primer punto que quiero elaborar: El clima y como superarlo. Aquí en las colinas alrededor de Madrid – estoy cerca del pueblo de Ambite – hay fluctuaciones de temperaturas extremas entre día y noche. El récord hasta ahora ha sido 20 grados (-1 por la noche y 19 durante el día). Así que la ropa cambia entre camisa a mangas cortas durante el día; a varios jerséis, chaqueta de pluma, gorro y a veces guantes. La hora más fría normalmente es cuando me levanto. También tengo que abrigar a Enco, uno de los perros que estoy paseando, porque tiene el pelo corto y no soporta bien el frio.

Por suerte la cabaña tiene una estufa de leña y así puedo calentar el pequeño hogar por la noche. No aguanta muchísimo el calor, pero del lunes al martes consiguió solo levantarme una vez – a las tres y pico de la noche – para reencender el fuego. La primera noche me levanté tres veces. Cuando se apaga el fuego y no hay mucha brasa, los muros finos de ladrillo, la puerta de aluminio y todo el resto de la cabaña no tardan mucho en comunicarme que hace aproximadamente 0 grados afuera y que ahora sería un buen tiempo para levantarme y reencender. Pero ya, vamos aprendiendo. Mi orgullo hasta ahora fue añadir piedra alrededor de la estufa para que se caliente. Pensé que fue una de las razones porque no me tengo que levantar tanto durante la noche, pero tan seguro no estoy. Además, el lunes finalmente entendí bien cómo funciona la estufa. Como se ve en la foto, se abre por arriba para añadir leña. Así que cuando no quema bien y hay mucho humo. Es muy difícil abrirla y cambiar algo, porque no se ve nada y la cabaña se convierte en un ahumadero.

La estufa con mi muro de piedras detrás

Cuando he superado la noche (tan difícil no es) me levanto entre las 7 y las 8. Desayuno y empiezo con el trabajo del que consiste mi voluntariado aquí:

  • Jacinta y Pedrito – los dos burros
    • Darles su ración de comida especial, que le gusta mucho a Jacinta
    • Limpiar la caca en el establo y el corral, además hacer cuidado que Jacinta no se coma también la ración de Pedrito, porque el come despacito y ella es oportunista
    • Mirar como se levanta el sol, alegrarse de ver como Jacinta juega con su “plato”
    • Darles paja e intentar ponérsela en el establo antes que Jacinta se la coma desde la carretilla.
    • Añadir la caca a la montaña de caca para el huerto.
De la izquierda: Pedrito y Jacinta
  • Enco y Cora – los dos perros
    • Les doy su comida para el día (siempre me parece que no les gusta tanto como a los burros su paja)
    • Luego vamos de paseo. Entre 30 minutos y casi dos horas.
    • Desenredar las cuerdas de los perros cada cual, ya se esta mejorando mi técnica.
    • Tener cuidado que Cora no me tira al suelo con su impulsividad y sus yo se cuantos kilos de cuerpo Mastín.
    • Disfrutar del paisaje
Cora, a la derecha con su cuerda corta para controlarla. Enco a la izquierda.

Luego voy a quitar las matas del huerto que protegen las plantas del frío y disfruto de mucho tiempo libre. Por la tarde doy otro paseo, añado algo de paja y saco las gallinas después de esconder la comida de los perros. ¡No se practica canibalismo aquí!

Hay algunos detalles más que me gustan. Por ejemplo, que las gallinas ponen sus huevos donde les dé la gana. A una o dos de ellas les gusta ponerlos en el cobertizo de las herramientas, en una caja con clavos. Además, hay bicicletas viejas y rotas y he empezado arreglarlas en mi tiempo libre. Los fines de semana hubo y habrá mas gente con quién hablar y hacer cosas. El finde pasado montamos un nido de cernícalo en un árbol al lado del huerto. La espera es que se anida una pareja y se coma los topillos que aterrorizan la verdura.

Espero que esto te haya dado una idea general como me paso los días aquí.
El plan es de publicar una bitácora nueva cada miércoles hasta fines de marzo del 2023. Así que puedes seguir viniendo si te gusta.