Estoy sentado en un tren Suizo. Pronto cambiaré de tren para cruzar Francia y – después de algunos cambios más – llegaré a Madrid por la noche. Esto me produce un deja-vu, en 2015 pasé dos meses en EEUU para satisfacer las condiciones del bachelor de anglística de la universidad de Berna. Ahora me voy dos meses a Madrid para poder cumplir con los requerimientos de la escuela pedagógica de Berna; sin esta estancía no me acceptarían como estudiante para el diploma de enseñanza de Español.
Para ambas estancias, la estadounidense y la española que empieza hoy, he decidido no estudiar o formarme de manera tradicional, sino buscar una alternativa para aprofundizar intereses no academicos y ampliar mi experiencias con algo distinto a la vida escolar, especialmente porque ahora doy clase yo mismo. Así que ahora me voy a hacer un workaway con animales y agricultura a 65 kilómetros del centro de Madrid y después aprenderé a soldar cuadros de bicicleta en acero. El plan es de volver a Suiza después de pascuas.
¿Por qué cuento todo esto? Pues hay dos razones. La primera es que me parece un tema lógico para reiniciar esta bitácora en mi página web, que ya apenas uso, y así compartir mis experincias con mis amigos. La segunda es un librito que acabo de terminar hace dos días: Jung & Alt (Jóven y Viejo). El libro contiene un intercambio de columnas entre dos jornalistas que, entre ellxs, tienen 104 años. Lo que hace que merece la pena leerlo es que la jornalista joven, Samantha Zaugg, tiene 27 años, mientras Ludwig Hasler, tiene 77 y una perspectiva muy distinta a Samantha. No es sorprendiente que las opiniones chocan en esta conversación que se desarrolla en el libro. Lx lectorx se encuentra en una posición interesante donde puede comparar sus opiniones proprias con lo que se discuta en el libro. Muchas veces estaba de acuerdo con lo que decía Samantha y la mayoría de las columnas de Ludwig me hicieron pensar, aunque no siempre estaba de acuerdo. Pero un punto en particular de Ludwig me gustó mucho. En el libro habla de experiencia como uno de los factores principales que diferencia a lxs viejxs de lxs jovenes. Además es claro que el tiempo de vida es algo que no se puede quitar a las generaciones mas avanzadas. Esta experiencia, la existencia duradera de una persona permite ver cómo funciona el mundo y dónde hubo revoluciones o cambios, es algo que lxs jovenes no pueden emular ni obtener sin paciencia; sin hacerse viejxs. De una manera u otra estoy de acuerdo: También me estoy dando cuenta que hay que dar prioridad a algunas cosas en su vida y que otras, aunque sean importantes se tienen que dejar para que otra persona se ocupa de ello; que a veces, experiencia es muy útil para decidir por donde ir. Pero pensando en mi experiencia en EEUU y lo que voy a experimentar ahora, me parece que la experiencia, el tiempo pasado en este planeta, carece de ser un argumento en sí, y no siempre lleva a la sabiduría. Es bastante obvio. Lo que hace falta – y estoy bastante seguro que Ludwig no es alguien a quien le falta esto – es experiencia diversa. Experiencia que se nutre de perspectivas distintas vividas con su proprio cuerpo y su propria mente. De esta manera se obtiene una experiencia amplia sin perder la flexibilidad para integrar nuevos puntos de vista. Por lo menos esto es lo que pienso ahora. Si te da ganas, ponte una notificación en el calendario en 47 años y pregúntame otra vez que opino.
La ironía de escribir esto, es que me he dado cuenta de que no estaba cien por cien abierto para lo que me espera en Madrid. He trabajado mucho los meses pasados y deseaba hacer cosas que me conozco y que ya me gustan mucho en Madrid. Luego, hace dos o tres días, mi anfitrión de workaway, quien voy a conocer mañana, me mandó su bitácora y me di cuenta de que me había olvidado de lo esencial. Del deseo de ampliar mi experiencia. Estaba enfocado en lo que ya conozco (encontrar comunidad de slackline, escalar un poco y tal vez practicar un poco de AcroYoga) y no pensaba en lo genial que puede ser conocer un nuevo lugar, con nueva gente y profundizar mi interés superficial de agricultura, permacultura y todo lo que puede traer esta experiencia (Qué también son cosas mucho más importantes para el desarollo del clima y de nuestra sociedad en general). En conclusión quiero decir gracias a Fredi para mandarme su bitácora y a Samantha y Ludwig para sus columnas interesantes que me llevaron a escribir este texto y agradecer la oportunidad que tengo. Vamos a ver que más escribo durante mi estancia en Madrid.